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COVID-19 y la salud cardíaca

COVID-19 y la salud cardíaca

Media Contact: Karina Rusk
831-759-1843

Cuando COVID-19 comenzó a difundirse por el mundo, gran parte del énfasis estaba en la manera en que el virus afectaba los pulmones. Sin embargo, desde ese entonces se logró una mejor comprensión del impacto que tiene el coronavirus en otros sistemas del cuerpo, tales como el corazón. Es posible que también sea un riesgo para las personas que no tuvieron eventos cardíacos anteriores ni tienen antecedentes de problemas cardíacos.

“Ciertamente notamos una mayor prevalencia de manifestaciones y complicaciones cardíacas en pacientes que tienen una enfermedad cardíaca preexistente. Pero, en mi experiencia personal y en la literatura, vemos pacientes que tuvieron su primer ataque cardíaco y sus primeros problemas cardíacos asociados con un caso agudo de COVID-19”, sostiene el Dr. Richard Gerber, cardiólogo de Salinas Valley Health.

Para escuchar una conversación en profundidad en ingles sobre este tema con el Dr. Richard Gerber, cardiólogo de Salinas Valley Health.

¿Cómo afecta al corazón el virus de COVID-19?

A menudo, las infecciones de coronavirus dan lugar a una activación del sistema inflamatorio. Ello genera una serie de problemas en cascada, entre los que podemos mencionar los siguientes:

  • Lesión del músculo cardíaco
  • Debilitamiento del corazón
  • Líquido en los pulmones
  • Coágulos de sangre que pueden dar lugar a un ataque cardíaco o a un accidente cerebrovascular
  • Ritmos cardíacos inestables
  • Agravamiento de la insuficiencia cardíaca congestiva

Aproximadamente el 25% de los pacientes que son hospitalizados con un episodio de COVID-19 sufrirán una lesión del músculo cardíaco, la que a menudo se detecta midiendo una proteína en la sangre que se denomina troponina.

“La troponina es una proteína, una enzima, que es muy específica del músculo cardíaco. Cuando podemos medirla en la sangre junto con un episodio de enfermedad grave debido a COVID-19, existe un riesgo mucho mayor de un resultado adverso, lo que por lo general quiere decir una estadía más prolongada en el hospital, una mayor necesidad de recibir soporte vital artificial, y una mayor mortalidad”, explica el Dr. Gerber.

Si además de niveles elevados de troponina el paciente presenta un ecocardiograma anormal, el riesgo es aún mayor. Un estudio del Colegio Estadounidense de Cardiología indica que en el caso de los pacientes hospitalizados que no tienen una lesión de miocardio, la tasa de mortalidad es de alrededor de 5.2%. Si la troponina es elevada, dicha tasa puede aumentar a 18-19%. Y, si la troponina es elevada y el ecocardiograma muestra un músculo cardíaco debilitado, la tasa de mortalidad puede llegar a 32%.

“De manera que podemos ver que los pacientes que tienen COVID-19 pero que además sufren de una enfermedad cardíaca subyacente o cuyos corazones se ven afectados por el virus se encuentran en una situación realmente mucho más peligrosa y vulnerable”, agrega del Dr. Gerber.

¿Algunas personas tienen un mayor riesgo que otras?

Los datos recogidos hasta ahora indican que la tasa de mortalidad de COVID-19 de los pacientes hospitalizados es superior en el caso de los hombres que de las mujeres, lo que puede deberse a diferencias hormonales. Los pacientes que tienen los siguientes problemas de salud preexistentes también tienen el riesgo de obtener resultados desfavorables:

  • Obesidad o mayor tejido adiposo medido
  • Diabetes
  • Anormalidades de lípidos
  • Colesterol elevado o triglicéridos en la sangre
  • Hipertensión sistémica (presión sanguínea elevada)

El Dr. Gerber también menciona que el riesgo de mortalidad aumenta con la edad.

Los peligros de postergar la atención

Una tendencia preocupante que se dio durante la pandemia es que muchas personas postergan su atención, aun en casos de emergencia, debido al temor de contraer COVID-19. El Dr. Gerber urge a las personas a dar prioridad a la salud. Salinas Valley Memorial Health tomó medidas considerables para garantizar la seguridad de todos los pacientes, más allá de si acuden al centro médico debido a COVID-19 o por cualquier otro problema de salud.

“Contamos con un [sistema de] triaje muy efectivo y una segregación de pacientes con y sin COVID-19. El departamento de emergencias y el centro médico seguirán siendo un lugar muy seguro. Realmente no queremos que los pacientes posterguen su tratamiento de COVID-19 o de otras enfermedades graves, de riesgo de vida, cardíacas o no cardíacas por temor a venir al hospital”, sostiene el Dr. Gerber.

Toda persona que sufre la aparición repentina de pesadez, presión, ardor, rigidez u opresión en el pecho, cuello, mandíbula, hombro o brazo, o toda sensación que sea inusual, en particular si está acompañada de una cantidad anormal de sudor, mareos o falta de aire, debe llamar inmediatamente al 911 o acudir a la sala de emergencias.

Algunas palabras sobre las vacunas

El Dr. Gerber también alienta a las personas a que se vacunen cuando les llegue el momento de hacerlo. A pesar de que la vacuna o las vacunas pueden dar la impresión de que tuvieron un desarrollo acelerado, los científicos vienen estudiando la tecnología que se utiliza para su desarrollo durante años.

“El hecho de que las compañías farmacéuticas hayan sido capaces de desarrollar estas vacunas tan efectivas y seguras en tan poco tiempo constituye verdaderamente un logro extraordinario de la ciencia moderna. El público debe tener plena seguridad de que la eficacia y la seguridad de la vacuna fueron validadas en decenas de miles de pacientes. La única manera de superar esta pandemia, que ya lleva casi un año, es lograr lo que se denomina “inmunidad de rebaño”. Y la manera de lograrlo es haciendo que todo el mundo reciba la vacuna cuanto antes”, sostiene el Dr. Gerber.

Sin embargo, advierte que la vacuna no “soluciona” de repente todo lo relacionado con COVID-19. Las personas deben seguir poniendo en práctica las precauciones, de la misma manera que lo hicieron durante el año anterior.

“Debemos seguir haciendo todo lo posible como una comunidad para controlar este problema. Ello significa utilizar una mascarilla, lavarse las manos con frecuencia, mantener el distanciamiento social y evitar las aglomeraciones. Considero que si lo hacemos y seguimos insistiendo con ello tendremos una comunidad más segura, no solo para nuestros pacientes cardíacos sino para todos”, sostiene el Dr. Gerber.

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